Las Bahamas, además de ser un lugar precioso, como hemos podido ver en más artículos
de este blog,
esconde varios secretos, como el muro de Bimini.
Son muchos los secretos que esconden estas aguas, como el de la pirámide que se cree
que es de
origen Atlante..
En 1970, en una excursión de submarinismo, Ray Brown, científico de profesión, nunca
sospechó que
protagonizaría uno de los grandes hallazgos de lo misterioso, pues descubrió un
grandísimo tesoro en
el fondo del mar...
En una de las inmersiones, Brown se separó de sus compañeros, y al tratar de reunirse
con ellos, vio
de pronto una extraña pirámide que se divisaba contra la luz aguamarina. La pirámide
estaba situada
a unos 40 metros de profundidad, y medía unos 120 metros de altura. Brown quedó
perplejo por éste
descubrimiento, y por su belleza, pues la pirámide parecía estar recubierta de cristales,
con apariencia
de espejos en su superficie.
Al recorrer el perímetro de la pirámide, descubrió un camino de entrada y decidió
adentrarse a explorar. Avanzó por un estrecho pasillo y finalmente se adentró
en una pequeña habitación de forma rectangular con un techo interior en forma
piramidal y a pesar de que no llevaba consigo ninguna linterna pudo contemplar
aquella la habitación por la iluminación propia de los reflejos del agua contra los
cristales.
Brown observó una varilla metálica
bronceada de unos 6 ó 7 centímetros
que colgaba hacia abajo del
ápice del centro, estando su extremo
sujeto a una gema roja de numerosas
caras y que terminaba en punta.
Directamente debajo de la varilla y
de la gema, colocado en el medio
de la habitación había un estrado
de piedra tallada coronado por una
placa con los extremos enrollados.
Sobre la placa descansaba un par de manos talladas de metal de bronce, de tamaño natural,
que se veían ennegrecidas y quemadas, como si hubieran estado expuestas a un calor extremo.
Reposando entre las manos, y situada a unos quince centímetros directamente debajo de la
gema de la varilla del techo, había una esfera de cristal de unos nueve centímetros de diámetro.
Brown intentó primero liberar la varilla
del techo
y la gema roja, pero no lo consiguió.
Regresando
a la esfera de cristal encontró que
ésta se
separaba fácilmente de las manos
de bronce
que la sostenían, y salió de la pirámide
con ella.
Al salir, Brown sintió una presencia,
y escuchó
una voz desde algún sitio diciéndole
que no
regresara nunca.
Temiendo que este tesoro le fuese
confiscado
por el gobierno de los EE. UU., el Dr. Brown
no divulgó ni la existencia del extraño cristal
ni el relato del hallazgo de la la pirámide hasta
el año 1975. El cristal pudo ser visto al menos
unas diez veces, y en dichas oportunidades
los testigos al ver la esfera han
experimentado extraños fenómenos
aparentemente relacionados con éste objeto.
Dentro de la esfera se pueden observar tres imágenes de pirámides, una frente a otra, en tamaños
descendentes. Algunos, entrando en un estado meditativo de conciencia o de ondas cerebrales
alfa, son capaces de ver claramente una cuarta pirámide, en un primer plano con respecto a las
otras tres.
La esfera de cristal del Dr. Brown es una gran fuente de eventos paranormales, pues la gente ha
sentido brisas de vientos iónicos que soplan cerca de ella; capas frías y tibias la rodean a diversas
distancias, otros testigos han visto luces fantasmagóricas, han escuchado voces, o experimentado
extrañas sensaciones de tintineo a su alrededor.
La aguja de una brújula colocada próxima a la esfera girará en contra de las manecillas del reloj,
y comenzará a girar en la dirección opuesta cuando se aleja unos centímetros.
Los metales se magnetizan temporalmente al estar en contacto estrecho con esta. Hubo casos
en que una persona se ha sanado temporalmente de una dolencia al tocar la esfera de cristal,
pero dando la macabra consecuencia de que la próxima persona que entre en contacto
asumió los síntomas de la enfermedad de la otra persona, como si el cristal pudiera extraer o
inducir dolencias humanas a voluntad.
Hoy día, la finalidad de la esfera de cristal encontrada por Brown dentro de la pirámide sumergida
en las Bahamas, sigue siendo un misterio, aunque por supuesto hay varias posibilidades interesantes.
Una de las ideas propuestas
se refiere
a que la pirámide sumergida
una vez
atraída, acumulada y generaba
fuerzas
cósmicas. La varilla suspendida
conducirá esas fuerzas
acumuladas en
la corona; la gema roja
concentraba y
proyectaba la energía a la
esfera de
cristal debajo de ella y
entonces
quemaba y ennegrecía
las manos,
mostrando la evidencia
de una
transferencia de energía,
probablemente
amplificaba la liberación de energías;
mientras que la esfera de cristal actuaba
como el sintonizador y difusor de las energías.
Todo lo que sabemos con seguridad es que
la esfera de cristal del Dr. Brown recuperada
de este sistema es por sí misma testimonio
de una tecnología muy sofisticada,
porque como notaron expertos del Instituto
Smithsonian en Washington, la tecnología para el corte de una piedra de cuarzo a la perfección
exhibida en la esfera de cristal no pudo lograrse por nuestra civilización hasta después del 1900.
Posteriormente, tanto Ray Brown como la gema, desaparecieron de la vida pública, y antes de fallecer,
legó el cristal a su maestro, recomendado no mostrarla más.
Sin embargo, gracias al Proyecto Camelot, lograron juntar al nuevo dueño de la esfera de cristal y al dueño de la Calavera de Cristal que fuera propiedad de Anna Mitchel Hedges, y decidieron juntar ambos objetos provocando una reacción extraña: la calavera dejó de parecer de cristal para tornarse dorada...
Son muchas las teorías que afirman que esta esfera se trata efectivamente de un auténtico artefacto atlante, sin embargo, hoy día es uno de los muchos misterios que nos ofrece este mundo, pero no se acaba aquí, pues son más las pirámides sepultadas en las aguas de este mundo, y no ha sido el único caso de esferas de cristal ocultas...